1 Juan 4:17-21 - Confianza para el día del juicio

«En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo» (1 Juan 4:17 NBLA).

Uno de nuestros alumnos era un príncipe y creció en el palacio real. La familia real era líder de su religión y se aseguraba de que Luka* aprendiera a practicarla con devoción. Mientras crecía, Luka se hizo amigo de un niño cristiano en la escuela. Un día, mientras visitaba la casa de su amigo, vio una Biblia sobre una mesa. Mientras su amigo estaba fuera, Luka abrió la Biblia y leyó el primer versículo que vio. Era Juan 14:6 «Jesús dijo: 'Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí'». Cerró rápidamente la Biblia y salió a jugar, pero nunca olvidó las palabras que había leído. Más tarde, cuando estaba en la universidad, su padre murió. Esto hizo que Luka pensara en el día del juicio y en la vida después de la muerte. Se volvió muy temeroso de ser condenado en el día del juicio. Este miedo le paralizó tanto que buscó a los estudiantes cristianos y les preguntó cómo podía tener confianza para encontrarse con Dios. Ellos le explicaron que Jesús murió en la cruz para salvarnos y así poder estar ante Dios en Cristo el día del juicio. Luka recordó entonces el versículo que había leído de niño y creyó en Jesús como el camino al Padre y el único que podía darle confianza para el día del juicio. *nombre cambiado.

Luka estaba paralizado por su miedo a la condena y al juicio. En esta sección, aprendemos sobre la confianza que el creyente tiene en Cristo para presentarse ante Dios en el día del juicio.

En el v. 17, Juan se remite al amor permanente que describió en 1 Juan 4:16. Muestra que el amor de Dios que está presente en el creyente a través del Espíritu Santo (1 Juan 4:13) será «perfeccionado» (o cumplido) en el futuro en el día del juicio. Este es el día en que Jesús regresará y el mundo entero se presentará ante el tribunal de Dios (Romanos 14:10). 

El amor del Padre, expresado en el envío del Hijo para ser el Salvador del mundo (1 Juan 4:14), es la base de la confianza de los creyentes. Esto se debe a que la muerte expiatoria de Cristo ha proporcionado el pleno perdón y la restauración en la comunión con el Dios Trino (1 Juan 1:3). 

Los creyentes han sido hechos como Jesús en toda su pureza sin pecado, «como él es, así somos nosotros en este mundo» (v. 17). Calvino explica que «Juan dice que los fieles no temen cuando se les menciona el juicio final, sino que... acuden al tribunal de Dios con confianza y alegría, porque se sienten seguros de su amor paternal» (p. 245). 

Por lo tanto, Juan puede afirmar que «no hay temor en el amor» porque los creyentes pueden estar seguros de que el amor «perfecto» de Dios por ellos en Cristo alcanzará su objetivo y ellos no serán condenados (v. 18). Por el contrario, los que todavía temen la condenación muestran que no tienen el amor de Dios en ellos.

Este amor perfecto es el don de Dios, que nos amó primero (v. 19). Los verdaderos creyentes mostrarán que lo han recibido amándose los unos a los otros, tal como él lo ha mandado (v. 21-22). De hecho, Juan muestra que es imposible amar al Dios invisible sin amar a los demás que hemos visto (v. 21).

Detengámonos hoy a reflexionar sobre el amor perfecto de Dios que nos da confianza para afrontar el día del juicio sin miedo y a darle gracias y alabanza.