1 Reyes 15: ‘Paciencia para las promesas de Dios’

Cuando las cosas van mal, podemos tener la tentación de dudar de las promesas de Dios.
Mientras lloramos las muertes de Covid-19, podemos preguntarnos dónde está Dios y qué está haciendo.

Esta pregunta también nos viene a la mente cuando miramos a los gobernantes de Dios en el capítulo 15 de 1 Reyes.

Comenzamos, en el versículo 1, leyendo que «Abiam comenzó a gobernar Judá en el año dieciocho del reinado de Jeroboam en Israel» (NTV).

Como vemos a lo largo de este capítulo y del siguiente, la datación del rey del sur de Judá está relacionada con la del rey del norte de Israel, porque los dos, realmente, se supone que están juntos, no separados.

Pero Abiam fue otro mal rey, versículo 3: «Abiam cometió los mismos pecados que había cometido su padre antes de él, y no fue fiel al SEÑOR su Dios como lo había sido su antepasado David».

Un rey en Jerusalén tenía un sólo trabajo: ser fiel al Señor.

Pero, no lo fue... y para restregarlo, se le compara con el rey David, el punto de referencia para todos los reyes de Dios.

Y es que, aunque David pecó, acudió al Señor en busca de misericordia, y el Señor lo lavó más blanco que la nieve.

Pero el rey David era aún más especial para el Señor porque el Señor le prometió un reino eterno... y esa promesa sigue siendo cierta, incluso a través del desastre de Abiam, versículo 4, «…pero por amor a David, el SEÑOR su Dios permitió que sus descendientes siguieran gobernando—brillando como una lámpara—, y le dio un hijo a Abiam para que reinara en Jerusalén después de él». 

Debido a sus promesas al rey David, el Señor mantuvo el linaje real, un gobierno que brillaría como una lámpara en un mundo oscuro.

Pero entonces, después de tres años, Abiam murió... y su hijo Asa tomó el relevo, versículo 10, y reinó cuarenta y un años.

Eso es más largo reinado que David, Salomón, Roboam, e incluso Jeroboam en el Norte.

¿Podría ser él quien cumpliera la promesa que el Señor le hizo a David?

Bueno, parece prometedor, versículo 11, pues «Asa hizo lo que era agradable a los ojos del SEÑOR, igual que su antepasado David».

Es más, versículo 12, «Expulsó de la tierra a los prostitutos y prostitutas de los santuarios paganos, y se deshizo de todos los ídolos que habían hecho sus antepasados».

También leemos que destituyó a su abuela del oficio de reina madre porque ella no quería dejar la religión pagana, versículo 13.

Estaba dispuesto a causar dolor en su familia con tal de servir fielmente al Señor.

Deshacerse de la religión falsa y de los ídolos puede ser muy costoso, pero eso es lo que debemos hacer si queremos seguir verdaderamente al Señor.

Bueno, las cosas estaban bastante bien bajo el rey Asa, excepto que, en los versículos 16 y 17: «Hubo guerra constante entre Asa, rey de Judá, y Baasa, rey de Israel.  El rey Baasa, de Israel, invadió Judá y fortificó Ramá, para que nadie pudiera entrar ni salir del territorio del rey Asa en Judá».

El rey en el Norte se ha metido en el Sur, y no sólo ha invadido el lugar, sino que ha hecho un bloqueo.

Pero en lugar de entrar en el Templo para pedir ayuda al Señor, el rey Asa opta por quitar todos los tesoros del Templo para sobornar a un rey pagano para que rompiera su pacto con el rey Baasa de Israel, versículos 18 y 19.

Está claro que este rey no va a ser el próximo gran rey, ¿no cierto?

Así que el pueblo de Dios tendría que ser muy paciente.

Pero para las buenas promesas de Dios valía la pena la paciencia, como escuchamos en las palabras de Zacarías, padre de Juan el Bautista, en el capítulo 1 de Lucas, versículo 68: «Alaben al Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.  Nos envió un poderoso Salvador del linaje real de su siervo David, como lo prometió mediante sus santos profetas hace mucho tiempo».

Era una promesa perfecta, y valía la pena esperarla.

Y eso es cierto para todas las promesas que Dios ha hecho, así que no te desanimes.

Oración
Dios, Padre nuestro, has preparado para los que te aman cosas tan buenas que sobrepasan nuestro entendimiento: derrama en nuestros corazones tal amor hacia ti, que nosotros, amándote sobre todas las cosas, podamos obtener tus promesas, que superan todo lo que podemos desear; por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (BCP 1662, Trinidad 6).

Ora con nosotros la petición de oración de hoy:

Dana y Damaris Craft son parte de la Red de plantación de iglesias de Gafcon. Han plantado una iglesia en la Ciudad de Guatemala, en la zona 3 del vertedero. Su equipo también participa en el cuidado de las personas de la comunidad y en la gestión de una escuela comunitaria. Covid-19 abunda y un número significativo del equipo está infectado. Ore por la provisión del Señor: fuerza; protección; fe; paciencia; guía.

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