1 Reyes 21: 'Liderar como siervo’

Ser líder es difícil, sobre todo cuando se trata de usar sabiamente el poder que proviene de la autoridad.

En 1 Reyes 21 somos testigos de un atroz abuso de poder por parte del rey Acab, que contrasta totalmente con lo que debería ser el líder que sirve.

El capítulo comienza presentando a: «un hombre llamado Nabot, …que era dueño de un viñedo …al lado del palacio de Acab» (NTV).

Y resulta que el rey Acab quiere la tierra de Nabot, versículo 2, así que: «tu viñedo está tan cerca de mi palacio, me gustaría comprarlo para usarlo como huerta».

Suena razonable, pero Nabot respondió, versículo 3, «El SEÑOR me libre de entregar la herencia que me dejaron mis antepasados».

Nabot se niega porque es su herencia especial, familiar, y la ley de Dios decía que no debía dársela a nadie más.

Nabot quería obedecer al Señor, no al Rey.

Pero a Acab no le importaba la ley del Señor, y por eso, versículo 4, «Acab regresó a su casa enojado y de mal humor por la respuesta de Nabot, y se acostó de cara a la pared y no quiso comer".

Acab tiene una rabieta de niño pequeño.

Sin embargo, Jezabel, su esposa, le ofrece poca simpatía, versículo 7, « —¿Acaso no eres tú el rey de Israel?—preguntó Jezabel—. Levántate y come algo, no te preocupes por eso. ¡Yo te conseguiré el viñedo de Nabot!».

A Jezabel ciertamente no le importa la palabra del Señor, sino sólo la reputación de su marido, y la suya.

Así que urde un plan para matar a Nabot, escribiendo cartas en nombre del rey a los líderes del pueblo de Nabot, diciéndoles que acusen falsamente a Nabot de maldecir a Dios y al rey, y que luego lo apedreen hasta la muerte.

Se cometió una gran injusticia en nombre del rey Acab, pero al enterrarse de los resultados, se apresuró a reclamar su preciada granja de pasatiempos, sin ninguna señal de remordimiento.

Pero el Señor no se hizo de la vista gorda, así que le dijo a Elías que le dijera al rey Acab, versículo 19: «Dale el siguiente mensaje: “Esto dice el SEÑOR: ‘¿No te bastó con matar a Nabot? ¿También tienes que robarle? Por lo que has hecho, ¡los perros lamerán tu sangre en el mismo lugar donde lamieron la sangre de Nabot!’”».

El Señor juzga al rey Acab por el trato atroz que dio al honorable Nabot.

Y el juicio es para Acab, pues el Señor le dijo, versículo 22, que «me has hecho enojar mucho y has llevado a Israel al pecado».

Sin embargo, el malvado rey Acab mostró un profundo remordimiento, versículo 27, y, «rasgó su ropa, se vistió de tela áspera e hizo ayuno. Hasta dormía vestido de tela áspera y andaba de luto».

Al ver esto, el Señor tuvo una misericordia inesperada con el rey, diciéndole a Elías, versículo 29, que, «no haré lo que prometí durante su vida. Le sucederá a sus hijos; destruiré su dinastía».

La destrucción aún llegaría a su dinastía, pero sólo después de su muerte, como lo fue para Salomón.

Acab abusó de su poder al intimidar a Nabot para su propio beneficio personal.

El rey del reino del Señor debería haber sabido más.

El verdadero liderazgo no consiste en ser servido, sino en servir a los demás.

Piensa en lo que Jesús podría haber hecho si hubiera querido intimidar a otros con su poder.

Pero el poder de Jesús no estaba en ser servido, sino en servir a los demás, dando su vida en rescate por muchos (Marcos 10:45).

Oración
Dios todopoderoso, que has dado a tu único Hijo para que sea para nosotros tanto un sacrificio por el pecado como un ejemplo de vida piadosa; danos la gracia para que podamos recibir siempre con gratitud el beneficio inconmensurable de su sacrificio, y también para que nos esforcemos diariamente en seguir los pasos benditos de su santísima vida; que ahora vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Libro de Oración Común 1662, Pascua 2).

Ora con nosotros la petición de oración de hoy:

El reverendo Rinzi Lama informa que Nepal se enfrenta a muchos desafíos: la crisis de Covid está empeorando; ha habido devastadoras inundaciones y deslizamientos de tierra; la tasa de suicidios está aumentando; mucha gente está sin trabajo y sin esperanza. En julio oramos: ''Amado Señor, continúa fortaleciendo la Iglesia Anglicana en Nepal para llegar a las personas que no están sobrellevando la situación. En el nombre de Jesús. Amén.” Gracias a Dios que las iglesias anglicanas pueden hacer una gran contribución para brindar apoyo a los necesitados y el evangelio en situaciones oscuras.

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