Durante un mes estaremos leyendo un breve y hermoso libro, el Libro de Rut. Este libro es de muy fácil lectura, contiene todos los elementos para hacerlo interesante. Un trasfondo dramático, personajes creíbles y nobles. Contiene situaciones que, a pesar de la distancia que nos separa del relato, todo lo que se nos cuenta aquí es fácilmente comprendido hoy.
Otro de los elementos que nos ayudan al leer Rut es que sus protagonistas son personas comunes y corrientes que enfrentan situaciones difíciles, y no se nos ocultan sus luchas y frustraciones.
Por sobre todo, Rut es un libro que nos hace mirar más allá del dolor de Noemí, la lealtad y honorabilidad de Rut y la generosidad de Booz. Nos hace mirar a la gran historia de amor de la Biblia: cómo Dios rescata a una humanidad que necesita este rescate. Y esto nos hará evaluar la forma que en que vivimos hoy como pueblo de Dios.
El libro de Rut está ambientado en una época muy específica de la historia del pueblo de Dios. Ya habían entrado en la tierra prometida y se habían establecido en ella. Pero no todo funcionaba bien, y es un momento oscuro en la historia del pueblo de Dios porque ‘cada uno hacía lo que estimaba mejor’ (Jueces 21:25). Por eso, para comprender mejor Rut, leeremos primero varios pasajes en otros libros de la Biblia que nos permitirán entender el contexto que rodea este libro.
Día 1: Josué 1:1-9
La lectura de hoy nos presenta al pueblo de Dios acampando en la rivera este del río Jordán. La generación que salió de la esclavitud desobedeció a Dios y no confiaron en él, por lo que murieron en el desierto, sin llegar a tierra prometida. La generación actual nació en el desierto y aprendió a conocer a Dios. Ahora están en condiciones de entrar en la tierra.
1. El pueblo de Dios está a punto de entrar en la tierra prometida. Moisés ha muerto y es Josué quien les guía ahora. ¿Qué seguridad le entrega Dios a Josué (v. 5)?
2. ¿Qué le pide Dios a Josué (vv. 7-8)?
3. La tarea es enorme: tomar posesión de todo un país. ¿Cuál es la exhortación de Dios a Josué y a todo Israel (v. 9)?
Piensa: Israel ya no es un pueblo de esclavos, son libres y están a punto de entrar a su tierra, la que Dios les prometió hace ya muchos siglos. Reciben seguridades, pero también son desafiados. Una de las cosas que aprendemos es que la libertad exige compromisos si es que realmente queremos vivir esta libertad. Básicamente, para nosotros como pueblo de Dios, la libertad significa confiar en Dios y obedecerle. Si bien esto sucedió miles de años atrás, nosotros el pueblo de Dios que vive en el tercer milenio también enfrentamos un desafío similar: también debemos confiar en Dios al enfrentar el desafío de ir a todo el mundo comunicando las buenas nuevas de Jesús. ¿Te cuesta o te es fácil aceptar y cumplir los desafíos de Dios?
Oración para misiones y extensión. Libro de Oración Común chileno, página 128
Muéstranos, oh Señor, en este día en que somos llamados a testificar de ti, cómo podemos presentar eficazmente el evangelio a aquellos que están fuera de tus promesas. Que el Espíritu santo nos llene de amor hacia ellos y nos haga comprender sus necesidades para que nuestras vidas y nuestros hechos recomienden tu nombre y ellos reciban tu verdad; mediante Jesucristo nuestro Señor.