Devoción de Adviento 10

Todos, incluidos los niños pequeños de hoy, oran y anhelan un tiempo en el que seamos libres de Covid-19, sanados de muchas otras enfermedades y en paz.

El pasaje del Antiguo Testamento de hoy, Isaías 33: 1-24, se lee en parte;

Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en ti hemos esperado.
Sé nuestra fortaleza cada mañana,
también nuestra salvación en tiempo de angustia.
Contempla a Sión, ciudad de nuestras fiestas señaladas;
tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud,
tienda que no será plegada,
cuyas estacas no serán arrancadas nunca,
ni rotas ninguna de sus cuerdas.
Porque allí, el Majestuoso, el SEÑOR, será para nosotros
lugar de ríos y de anchos canales,
por donde no andará embarcación de remos,
ni nave potente por él pasará.
Porque el SEÑOR es nuestro juez,
el SEÑOR es nuestro legislador,
el SEÑOR es nuestro rey;
Él nos salvará.
Se han aflojado tus cuerdas;
no pueden sostener firme el mástil
ni entesar la vela.
Entonces será repartida la presa de un abundante botín;
los cojos se llevarán los despojos.
Ningún habitante dirá: Estoy enfermo;
al pueblo que allí habita, le será perdonada su iniquidad. Isaías 33: 2, 20-24. (LBLA)

El pasaje del Nuevo Testamento en Mateo 15: 29-38 dice en parte:

Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. Y vinieron a Él grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y Él los sanó;  de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel. Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.  Y los discípulos le dijeron: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande?  Jesús entonces les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. Y Él mandó a la multitud que se recostara en el suelo;  y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas.  Mateo 15: 29-37 (LBLA)

Tanto el pasaje del Antiguo como del Nuevo Testamento subrayan las buenas nuevas acerca de Dios. Que él escuche y actúe según el llamado de socorro de su pueblo, los cure de enfermedades y traiga paz.

En su temor por un ataque inminente por fuertes enemigos, el pueblo del Antiguo Testamento, en Sion, clamó a Dios por ayuda. Dios respondió a su clamor con la pintoresca vista de Sion. Sion de alegres fiestas, morada pacífica, abastecida de agua de ríos y arroyos, llena de abundancia y todos gozando de buena salud.

La multitud hambrienta del Nuevo Testamento que acudió a Jesús con el estrés del anhelo de que sus enfermos fueran sanados se asombró “al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían”. Y, además, experimentaron la alimentación milagrosa de cuatro mil personas.

Oración
Querido Dios, perdónanos por esas ocasiones de estrés en las que en nuestro orgullo hemos tardado mucho antes de pedirte ayuda. Por favor, Señor, pon fin al Covid-19. Te lo pedimos por fe como nuestra defensa de primera línea y ayuda, para el honor de tu santo nombre. Amén.