Eclesiastés

Eclesiastés (7:13) dice «Considera lo que Dios ha hecho: ¿Quién puede enderezar lo que él ha torcido?» 
Thomas Boston (1676-1732) escribió un libro maravilloso sobre «Nuestra porción en las pruebas» que encontré increíblemente útil. 
Boston era pastor y vivía una vida poca conocida en un pequeño pueblo escocés llamado Ettrick. Es importante decir que, conocía bien el sufrimiento y el libro está impregnado de la profunda sabiduría de los muchos sufrimientos que le tocaron en su «porción». Luchó con una iglesia hostil que estaba profundamente dividida. Su esposa Catherine era una depresiva crónica. No es de sorprenderse cuando uno lee que, de sus 10 hijos, 6 murieron durante la infancia. Habían enterrado a un hijo llamado Ebenezer (que significa «Hasta ahora Dios nos ha ayudado») cuando tuvieron otro hijo. ¿Debían arriesgarse a llamarlo también Ebenezer, dada la naturaleza trágicamente irónica del nombre, si él había muerto? Lo llamaron Ebenezer y también murió.

¿Qué tiene que decir Boston? Boston argumenta que Dios deliberadamente nos permite a cada uno de nosotros tener alguna prueba, es decir, algo que nos duele o nos causa problemas en nuestra vida. A menudo, Dios hace que esta «prueba especial» se centre en lo que más compite con él en nuestra vida. Entonces, por ejemplo, si somos orgullosos y autosuficientes, podría ser una enfermedad peligrosa que nos haga confiar en Él y que nos demos cuenta de nuestra propia impotencia. Piense en el joven rico a quien Jesús le ordenó vender todo lo que tenía: Jesús sabía que el dinero era lo que lo mantenía alejado de la fe. Dios, el padre amoroso, nos entrena por así decirlo, como un padre entrena a sus hijos, para hacernos más como Él. Él hace que seamos conscientes del pecado que está en nosotros y necesita ser eliminado. Nada de esto significa que, si sufrimos, es porque hemos sido particularmente pecaminosos. Así puede ser, pero aquí Boston está argumentando exactamente lo contrario: que TODOS los cristianos encontraremos «nuestra porción en las pruebas.»

¿Cuál es el remedio? En primer lugar, orar para que Dios nos ayude. Dios puso la prueba, él puede sacarla. Dios es intensamente amoroso y comprensivo con nosotros en nuestros sufrimientos - Salmo 103 «Como un padre tiene compasión de sus hijos, así el Señor tiene compasión de aquellos que le temen; porque él sabe cómo estamos formados, recuerda que somos polvo». Dios usa nuestras pruebas para atraernos hacia Él, para hacernos orar. Eso me parece muy cierto en mi propia vida. Dios puede querer arreglar a nosotros en lugar de arreglar la prueba. Si Dios nos está hablando a través de nuestro sufrimiento, primero debemos escuchar lo que dice, mientras, por supuesto, oramos para que la elimine. Esto está muy lejos del fatalismo. No somos arrastrados, impotentes, por las corrientes de la vida, como una hoja en un río, sino que nos guía un timonel quien nos ama y murió por nosotros.

Necesitamos fe y humildad. Fe, en que creemos que el sufrimiento NO es aleatorio, sino que Dios tiene un propósito en todo lo que nos sucede: «Una sabia mirada a la mano de Dios, en todo lo que nos resulta difícil de soportar». Para algunos de nosotros, esa verdad es muy difícil de entender; para algunos de nosotros será cuando nos encontremos cara a cara con el Señor, que finalmente entenderemos. Y, sobre todo, humildad. Quizás el verso más usado por Boston es 1 Pedro 5: 6 y 7:

"Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los levante a su debido tiempo. Echen toda su ansiedad sobre él, porque él se preocupa por ustedes".

Amigos, estos dos versos están vinculados. Si nos damos cuenta de que Dios es Dios del universo entero, que en el esquema cósmico de las cosas nosotros no somos absolutamente nada y somos débiles y pecaminosos, entonces veremos a Dios como es y a nosotros mismos como somos. Entonces llegaremos a Dios en nuestro momento de necesitar ayuda y lo encontraremos lleno de misericordia. Dios, sobre todo, quiere hacernos como Jesús, quien por supuesto también, pasó por la prueba más terrible de todas: que él, a pesar de no tener pecado, tuvo que sufrir en la cruz por nuestros pecados.

Oración
Colecta Epifanía 4
Señor Dios, tú sabes que estamos en medio de tales peligros y que no siempre podemos estar en pie debido a la fragilidad de nuestra naturaleza: concédenos fuerza y protección para apoyarnos en todos los peligros y llevarnos a través de todas las tentaciones, a través de Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.