Efesios 6: Los jóvenes son la iglesia Ahora

En este pasaje vemos a Pablo abordar las responsabilidades, a la luz del evangelio, de los hijos y los padres. Anteriormente había instado a los lectores de Éfeso a «vivir como hijos de la luz» (5: 8) y «ser llenos del Espíritu» (5:18). Las implicaciones de estas exhortaciones se exploran en términos relacionales cuando Pablo enseña a esposas y esposos, hijos y padres, esclavos y amos. Si bien no es una imagen completa, se da la impresión general de que no hay relación en la que estemos involucrados que el evangelio no toque.

Cada relación se presenta en términos de deberes recíprocos que expresan sumisión apropiada de acuerdo con las instrucciones de Dios.

La instrucción para los niños es simple: obedezcan a sus padres. Pablo sigue esto con algunas razones para hacerlo: esto es correcto de acuerdo con los mandamientos de Dios y traerá beneficios como resultado.

Pablo se dirige a los niños. Es fácil pasarlo por alto, pero Pablo espera que los niños estén presentes cuando se lea y se enseñe su carta. Los niños han escuchado todas las maravillosas verdades cristianas que Pablo ha expuesto en la primera mitad de la carta; todas las cosas maravillosas que Dios ha hecho por su pueblo. Los ha bendecido con toda bendición en Cristo; los ha elegido; los redimió; les dio una herencia y una esperanza; ha dado a conocer su plan; les ha dado su Espíritu (Efesios 1: 1-14).

Pablo también les ha recordado cómo estaban muertos en sus pecados y cómo Dios les dio vida en Cristo (2: 1-10); les ha recordado cómo ahora son parte de la nueva iglesia de Dios, unidos unos con otros (2: 11-21), ministrándose unos a otros, ayudándose unos a otros (bajo el Espíritu) a crecer hasta la madurez en Cristo (4: 1- 16).

Pablo espera que piensen en cómo responderán a Dios en sus vidas (4: 17-6: 20) y tiene una palabra específica para los niños.

En otras palabras, Pablo ve a los niños como una parte muy importante de la iglesia de Dios. No son la iglesia del futuro; ahora son la iglesia. No serán discípulos de Jesús un día cuando sean mayores; ahora son discípulos y necesitan que se les enseñe lo que eso significa.

Pablo sabe que los jóvenes le importan a Dios ahora y, por lo tanto, le importan a él.

Los padres también son instruidos en cuanto a su responsabilidad, y los padres en general hacen bien en reflexionar sobre estas palabras: «no provoquéis a ira a vuestros hijos» (6: 4). Anteriormente en Efesios, Pablo advirtió sobre los peligros de la ira (4: 26-27) y esto proporciona algo del contexto para esta instrucción. Los padres deben considerar qué provoca innecesariamente la ira en los niños: cosas como una disciplina excesiva o excesivamente severa, palabras humillantes, un trato incoherente o injusto.

Por el contrario, los padres tienen un papel muy positivo de instrucción y entrenamiento en el Señor. Esta es la instrucción paciente en los caminos del Señor, que lleva a los niños a la obediencia a Jesucristo. ¡Qué regalo tienen los padres para sus hijos!

Este es un pasaje maravilloso que nos da mucho en qué pensar. Afirma el lugar de los niños en la familia de Dios y orienta el papel de los padres. ¿Cómo podemos expresar eficazmente estas verdades en nuestras familias e iglesias?

Hijos que obedecen a sus padres, padres que aprecian, que enseñan a sus hijos el camino del Señor, que no los provocan a la ira… estas son ciertamente formas claras de vivir como hijos de luz en medio de las tinieblas que nos rodean. Oremos por la gracia de Dios para recibir y aplicar su palabra en nuestros propios contextos.

Canon Craig Roberts, director ejecutivo, y sus colegas de Anglican Youthworks en Australia, proporcionaron la serie de devocionales Levanten sus Corazones para el mes de marzo de 2021. La devoción de hoy fue escrita por Bill Salier.