El esplendor de Dios es la fuente de la vida

Ireneo, nacido hacia el año 130 en el seno de una familia cristiana, fue discípulo del obispo Policarpo en Esmirna, que a su vez había sido discípulo del apóstol Juan.  Después de que una persecución diezmara la iglesia en la Galia, Ireneo se convirtió en el segundo obispo de Lyon y destacó por su papel en la orientación y expansión de las comunidades cristianas en lo que hoy es el sur de Francia.  En su tratado Contra las herejías, Ireneo expuso los errores de la herejía gnóstica y contribuyó a definir la ortodoxia apostólica como uno de los primeros teólogos cristianos sistemáticos.

Hay un solo Dios, que mediante la Palabra y la Sabiduría creó y dispuso todas las cosas.  Pero el Verbo de Dios es nuestro Señor Jesucristo, que en estos últimos tiempos se hizo hombre entre los hombres para unir el fin con el principio, es decir, para unir al hombre con Dios.

Por eso los profetas, que recibieron el don profético de la misma Palabra, predicaron su venida en la carne, por la que Dios y el hombre se mezclarían y unirían según la voluntad del Padre. La Palabra de Dios predijo desde el principio que Dios sería visto por los hombres y viviría en la tierra entre ellos, y hablaría con ellos; que vendría en ayuda de lo que había creado y lo salvaría. Sería visto por su creación y nos liberaría de las manos de todos los que nos odian, es decir, la salvaría de todo espíritu de maldad. Nos llevaría a servirle en santidad y justicia durante todos nuestros días, para que el hombre, habiendo abrazado el Espíritu de Dios, pudiera pasar a la gloria del Padre.

Los profetas predijeron, por tanto, que Dios sería visto por los hombres; como de hecho confirmó el propio Señor: Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.  Pero al mismo tiempo Dios es grande e indeciblemente glorioso, de modo que ningún hombre podrá ver a Dios y vivir, porque Dios nunca puede ser comprendido del todo. Pero Dios es amoroso, bondadoso y omnipotente, y por eso da la vista de Dios, el mayor regalo de todos, a los que le aman. Incluso esto fue predicho por los profetas: Porque lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.

Porque el hombre no ve a Dios por sus propias fuerzas, sino que Dios es visto por los hombres cuando le place que así sea. Él decide por quién debe ser visto, y cuándo y cómo; porque Dios es poderoso en todas las cosas. En el pasado fue visto proféticamente, por medio del Espíritu, y ahora como por adopción, por medio del Hijo; y en el reino de los cielos será visto como un verdadero Padre.  El Espíritu prepara a la humanidad para el Hijo de Dios, el Hijo conduce a la humanidad hacia Dios, y Dios da al hombre el don de la vida eterna incorruptible, vida que recibe todo aquel que ve a Dios.

Así como los que ven la luz están dentro de la luz y participan de su esplendor, así los que ven a Dios están en Dios y participan también de su esplendor. Pero el esplendor de Dios da la vida: y así los que ven a Dios reciben la vida.

Ireneo de Lyon
Colosenses 1:9-20
Juan 1:1-18