El karma frente a la responsabilidad, la gracia y el perdón

El karma es una filosofía budista o hindú que cree que las consecuencias de las acciones de una persona en esta vida influirán en su existencia futura, como la causa y el efecto, pero durante un largo periodo de tiempo. El ‘instant karma’ (karma instantáneo) se refiere a la retribución inmediata del mal comportamiento; a algunas personas les gusta bastante este concepto. Es una frase que ha pasado a formar parte de nuestra terminología moderna y que aporta cierta satisfacción. Al fin y al cabo, la rendición de cuentas rasca la picazón de la injusticia. Sin embargo, ¿es así como funciona realmente la rendición de cuentas? Algunos piensan que sí, pero la Biblia no está de acuerdo. Aunque todos anhelamos que las personas rindan cuentas por sus acciones, también tenemos un anhelo personal de conocer el perdón y la gracia, dos cosas que faltan en el llamado karma. Una filosofía tan superficial deja a las personas a merced de un cosmos sin alma. Se asemeja a estar atrapado en una cinta de correr, incapaz de bajarse y totalmente dependiente de mis propios esfuerzos para dictar mi nivel de satisfacción con la existencia. Ni siquiera puede ofrecer consuelo a los que han sufrido a manos de los malvados.

Salmo 32:1-5
«¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el SEÑOR no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño! Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día. Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí; Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah) Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: «Confesaré mis transgresiones al SEÑOR»; y Tú perdonaste la culpa de mi pecado.» (NBLA) 

Este pasaje aborda los tres puntos mencionados anteriormente: responsabilidad, gracia y perdón.

Responsabilidad: Este salmo reconoce que existe el mal comportamiento. La rebelión contra el estándar santo de Dios es una ofensa, de lo contrario no habría culpa. El Señor contará nuestro pecado contra nosotros si no hay arrepentimiento.

La gracia: Si el karma es recibir lo que merecemos, la gracia es recibir lo que no merecemos: el don del perdón de Cristo. A lo largo de los Salmos, y aquí en el Salmo 32, vemos un conocimiento subyacente del privilegio que se nos concede de presentarnos ante Dios; eso en sí mismo es la gracia de Dios. Podemos acercarnos al trono de la gracia con confianza para recibir el don que se nos ofrece a través de Cristo, el perdón.
El perdón: Confesar nuestra ofensa al Señor significa que la culpa de nuestro pecado es lavada y llevada lejos. Nunca podrá ser manejada por manos humanas. El Señor es contra quien se ha pecado y es el único que puede perdonar.

A diferencia de la filosofía del karma, que intenta derivar su poder y responsabilidad de un cosmos sin rostro, las Escrituras señalan a un Dios vivo. Él no permitirá que su pueblo piense o sienta que está atrapado en un ciclo interminable en que se recibe lo que merece, sin que haya un camino hacia la libertad. Él se ocupará de la injusticia mediante la rendición de cuentas y, al mismo tiempo, ofrecerá el don del perdón a través de la gracia.

Oración
Ora con nosotros la petición de oración de hoy:

En la República Democrática del Congo, el volcán Nyiragongo entró en erupción provocando pérdidas de vidas, destrucción de propiedades y caos. En abril oramos por la plantación de una iglesia en Buhene, reuniéndonos en una casa. Todo este distrito ahora está consumido por lava volcánica. Oren por la provisión de Dios para su pueblo.

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