El Matrimonio es una Unión Sexual

Nos hemos reunido en la presencia de Dios para presenciar y bendecir la unión de este hombre y esta mujer en el Santo Matrimonio.

En la historia de la creación en Génesis capítulo 1, aprendemos del diseño de Dios para la humanidad a Su imagen, masculina y femenina, la corona de Su buena creación.

El segundo capítulo de Génesis describe la misma realidad, pero en forma de historia, lo que yo llamo "Adán en busca de una esposa". Mientras que el hombre, Adán, es creado primero, Dios declara: “No es bueno que el hombre esté solo; Le haré una ayuda idónea para él ". Las palabras “ayudante apto” o “ayuda idónea” también pueden traducirse como “rescatador según su opuesto”. Cuando Adán ve a la Mujer arrebatada de su propio cuerpo, clama de alegría: “Esto al fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne; será llamada Mujer, porque del hombre fue sacada” (Gen 2, 23). Eva, su contraparte, lo rescata no tanto de la soledad como de la incompletitud. Solo con Eva puede conocerse a sí mismo a la imagen de Dios y disfrutar de la maravillosa belleza de la creación de Dios. Solo unida a Eva puede su semilla crecer y multiplicarse y llenar la tierra.

El mito griego de Narciso habla de un hermoso joven que ve su imagen en un charco de agua y se enamora de ella. Incapaz de amar a otro ser humano, Narciso se convierte en una flor que se auto fecunda. Uno de los misterios del matrimonio es que nos encontramos perdiéndonos en la amada Otra persona. Esto también apunta a nuestra unión con Cristo, como Él dice: “El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará” (Mateo 10:39).

La historia termina con una moraleja: “Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá - la versión inglesa, King James, dice cleave [Traductor: hender y adherirse, allegar]- a su esposa, y serán una sola carne. (Génesis 2:24). Me gusta esa antigua palabra cleave porque tiene dos significados opuestos: dividirse y unirse. “Dejar y partir” - dejar su familia de origen y unirse a su cónyuge para formar una nueva familia - esa es la acción dinámica del Santo Matrimonio.

Oración
Señor Jesucristo, divino Esposo, nos arrepentimos de todas las situaciones en las que hemos deshonrado la alianza del matrimonio por egoísmo o infidelidad.
Señor, ten piedad de nosotros.
Nos arrepentimos como Iglesia en la que no hemos podido preparar a nuestros hijos para el santo matrimonio, ni cuidar de los viudos, divorciados o solteros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Nos arrepentimos cuando como ciudadanos nos hemos vuelto complacientes y hemos descuidado la defensa del matrimonio en la plaza pública.
Señor, ten piedad de nosotros.
De "Una letanía para el matrimonio" (ACNA)