¿Es la vida un regalo para recibir o un acertijo que resolver? Pablo responde esta pregunta en el capítulo 2 de Colosenses. ¿Cómo es quién ve la vida como un regalo?
6 Por tanto, como habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él, 7 arraigados y edificados en él, y firmes en la fe, como fuisteis enseñados, abundando en acción de gracias.
Note la naturaleza pasiva que nos atribuye aquí; recibimos al Señor Jesucristo. No ganamos a Jesús. No resolvemos el acertijo sobre él. Recibimos a él. Quizás "pasiva" sea la palabra incorrecta. Recibir a Cristo es algo más que un mero asentimiento intelectual. Recibir a Cristo implica la postura del corazón, no el poder de la mente. B.B. Warfield seguramente tenía razón cuando dijo: "La gente prefiere discutir la verdad que recibirla".
Una vez que hemos recibido a Cristo, la consecuencia natural de esa recepción será la acción de gracias. De hecho, Pablo vincula nuestro "andar" con el agradecimiento. No se trata de levantarnos a la altura requerida por nuestro propio esfuerzo y seguir la ley de Cristo por deber. No, estamos llamados a seguirlo con alegría. A Israel no se le dio la ley antes de ser liberado de la esclavitud, sino después. Del mismo modo, después de recibir a Cristo, seguimos su ley con un corazón agradecido, conscientes de la gracia que nos ha demostrado.
Ver la vida como un regalo de Dios contrasta con verla como una recompensa por resolver un rompecabezas. Pablo advierte de esta diferencia.
8 Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo. (LBLA)
Existe una tentación perenne de intercambiar el Evangelio por una filosofía hecha por hombre. El Evangelio muestra a Dios condescendiente en recibirnos, pero el peligro que describe Pablo funciona a revés. La filosofía es la humanidad construyendo una escalera hecha por el hombre para llegar a Dios. El evangelio es Pentecostés; la filosofía es Babel. Es fácil entender por qué estamos tentados a seguir esas "tradiciones humanas". El evangelio nos parece casi demasiado bueno para ser verdad. Enseña que somos tan amados que Jesús se encarnó para vivir entre nosotros; murió la muerte que merecíamos, y salió de la tumba para darnos la vida eterna. ¡Este es un abrumador conjunto de hechos! Además, el Evangelio requiere que confiemos en "otro". Si tuviéramos una filosofía que lo explica todo, no necesitamos a alguien más. No necesitamos confianza. No necesitamos "recibir". Podemos "lograr".
Estas dos posturas, estas dos visiones del mundo, están hoy ante nosotros. O recibimos a Cristo y vemos la vida como un regalo, o probamos una filosofía hecha por el hombre y vemos la vida como un rompecabezas para ser resuelto por nuestro propio mérito. Si la vida es un regalo, es la acción de gracias que nos motivará a servir a Dios, dado el gozo que trae el tener todo lo que necesitamos en Cristo! Si la vida es un acertijo, la ansiedad nos motivará a buscar a Dios por miedo a perderse algo. El regalo de la vida está ante nosotros. ¡Recibámoslo!
Dustin Messer
Pastor encargado de formación en la fe en la Iglesia Anglicana de Todos los Santos en el centro de Dallas, Texas.