Familia: el Lugar del Crecimiento - 2

¿A quién encontraría su hijo o hija en la iglesia si deambulaba por allí un día de semana al azar en busca de respuestas? ¿Encontraría allí personas que le guiaran o que le disertaran sobre sus últimos descubrimientos bíblicos? ¿Qué encontraría en su iglesia local en comparación con lo que encontraría en su banco? ¿Cuánta información obtendría su hija o hijo sobre los servicios financieros que ofrece el banco si entrara al azar en él, en comparación con lo que obtendría en la iglesia? 

Siguiendo con el Evangelio de Lucas, en el 2:46, cuando el niño Jesús se quedó en el templo: o tal vez la razón por la que se quedó atrás en el templo podría ser en parte porque allí se encontró en buena compañía. La Escritura registra en el versículo 46 que después de buscarlo durante tres días, 

...."lo encontraron en los atrios del templo sentado entre los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que le oían se asombraban de su comprensión y de sus respuestas."

Nuestras iglesias están en gran medida vacías durante la semana, salvo en las horas de reunión programadas. No hay mucha actividad en muchas iglesias aparte del culto familiar del domingo. Cuando el niño Jesús se alejó de sus padres, encontró agradablemente a los eruditos de la Biblia discutiendo sobre las Escrituras, aunque no fuera un sábado y de ahí la pregunta, «¿A quién encontraría su hijo o hija en la iglesia si se deambulaba allí un martes cualquiera?»

Como pastor de niños tengo el reto de hacer que la casa de Dios sea un lugar donde tanto los niños como los adultos puedan tener momentos de refrigerio en cualquier día de la semana más allá de los domingos. La discusión que tuvo Jesús con los maestros fue tan refrescante que cuando los padres lo encontraron y se preguntaron por qué les había hecho buscarlo por todas partes, su respuesta fue:

49 «¿Por qué me buscabais?», preguntó. «¿No sabíais que tenía que estar en la casa de mi Padre?» 50 Pero ellos no entendieron lo que les decía.

Y aunque no lo entendían, es posible que sintieran gratitud porque su tradición familiar de hacer el viaje de 145km a Jerusalén había dado sus frutos, ya que su hijo identificaba ahora el templo como la casa de su padre. El mayor regalo que un padre puede hacer a sus hijos es saber que tienen un padre que está en el cielo. Los padres comprenden sus limitaciones y saben muy bien que, para que sus hijos sean fructíferos, crezcan y llenen la tierra, necesitan una intervención que sólo puede dar su Padre que está en los cielos.

La iglesia local desempeña un papel importante para ayudar a los creyentes a conocer al Señor desde una edad temprana y a entender los mandatos del Señor. Por eso, el Señor quiere que participemos en la edificación de la capacidad de nuestra iglesia local para alimentar la formación espiritual de los niños y que nos ofrezcamos a servirles en la medida en que Él nos lo permita. Porque es a través de la iglesia que se da a conocer la múltiple sabiduría de Dios y se capacita a los creyentes para que sean fructíferos, crezcan y llenen la tierra.

Oh, que los hijos de nuestros hijos se unan al salmista diciendo: «Me alegré cuando me dijeron: Entremos en la casa del Señor y mejor es un día en tus atrios Señor, que mil en otro lugar; prefiero ser portero en la casa de mi Dios que habitar en las tiendas de los impíos». (Salmo 122:1,84:10).

Por Paul Machira, Catedral de Todos los Santos, Nairobi.