Nunca debemos tratar el sufrimiento como una cuestión filosófica abstracta. Los discípulos de Jesús hicieron esto en Juan 9; cuando ven a un hombre ciego, mendigando, se preguntan "¿Quién pecó a este hombre o sus padres?" Jesús los reprende diciendo "Ni él pecó, ni sus padres, respondió Jesús, sino que esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida. Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar.” (vv2,4).
El Señor aquí estaba pensando en su propio ministerio de vida y muerte. Recuerde cómo Juan subraya, cuando Judas se va para traicionar a Jesús, "era de noche", ¡oh qué oscuridad! Pero este también es un pasaje y un verso que me ha hablado poderosamente desde que he estado enfermo. Como dice el buen obispo Ryle, "no hay trabajo en la tumba hacia el cual todos nos apresuremos rápidamente". Se acerca la noche y este es el día de la salvación. El cielo será asombroso, pero será demasiado tarde para la evangelización y siento ese imperativo fuertemente. El tiempo es corto y debemos aprovechar cada oportunidad para contarles a otros acerca de Cristo.
Lo que también descubrí es que Dios no solo me ha dado motivación, sino que también me ha ayudado prácticamente en esta área de otras dos maneras. En primer lugar, ese sufrimiento abre una oportunidad para brillar la gloria de Dios (v 3). La gente a menudo piensa que los cristianos creen que son mejores que los demás. Pero cuando estamos luchando con el miedo, el sufrimiento y la muerte, estamos demostrando que precisamente no somos así. Somos vulnerables y débiles y, curiosamente, las personas a menudo lo encuentran accesible. El hombre nacido ciego, en sus problemas, yacía en el camino de Jesús y nosotros también. ¿Qué podemos decir a los demás? Bueno, podemos transmitir lo que se le dijo al ciego (v 37) “Pues ya lo has visto -le contestó Jesús; es el que está hablando contigo.”
En segundo lugar, pero ¿cómo podemos ayudar a nuestros amigos a "ver" al Hijo del Hombre (ya que, por supuesto, ellos también al igual que todos han nacido ciegos)? Hace cinco años, un amigo cristiano mío en la ciudad de Londres me convenció de intentar invitar a mis amigos no cristianos a conversar conmigo sobre la Biblia. Había encontrado la Palabra 121, que es simplemente el evangelio de Juan con notas realmente útiles escritas por el reverendo William Taylor de St Helen's Bishopsgate junto con cada verso. Estaba nervioso por esto y me asombré (¡Oh, de poca fe!) al descubrir que muchos de mis amigos estaban demasiado dispuestos a conversar conmigo. La palabra 1 a 1 funciona porque el evangelio es sobrenaturalmente poderoso y las notas ayudan a que cada versículo sea tan accesible. El evangelio de Juan está plagado de personas que sufren de una forma u otra y cuyas vidas se transforman al encontrarse con el Salvador. Eso es lo que sucede en mi experiencia usando la palabra 1 a 1; Cuando abrimos juntos la palabra de Dios, Jesús sale de la página y comienza a hablarnos a mí y a mis amigos.
¿Se ha convertido tu fe, sin darte cuenta, en algo que solo tiene que ver contigo porque, para ser sincero, nunca has sabido cómo o te has sentido calificado para compartir el Evangelio? Sin embargo, hacerlo es exactamente lo que todos estamos llamados a hacer en la Gran Comisión, y al usar la Palabra 1 a 1, ¡he encontrado el cómo! Está disponible de forma gratuita en la web para reuniones con zoom o en forma de libro impreso. Muchos cristianos normales sin entrenamiento en todo el mundo están descubriendo que Dios ha preparado los corazones de sus amigos para aceptar simplemente echar un vistazo a lo que el libro más vendido de todos los tiempos realmente tiene que decir. ¡Oh, qué maravilloso gozo al convertirse en un pasador de la palabra ... un compartidor de la Biblia ... mientras mi Salvador hace todo el trabajo, trayendo nueva vida a través de Su Palabra! Usted también puede convertirse en un colaborador de Palabra 1 a 1. Obtenga más información aquí en https://www.theword121.com/ (sítio en inglés) y comience a preguntar. ¡Creo que te sorprenderá saber a quién Dios se ha preparado para decir "sí" al mirar Su Palabra!