Jueves de la Ascensión

Agustín nació en el norte de África a un padre romano pagano y una madre beréber. Pasó su juventud como verdadero pagano y en su Confesiones describe el tiempo que pasó en una secta herética en Roma y cómo llegó a Cristo por la gracia de Dios y la predicación del obispo Ambrosio de Milán, quien lo bautizó en 386. Habiendo entrado completamente en el camino de Cristo, Agustín volvió a África a llegar a ser el obispo de Hipona y es reconocido como uno de los grandes teólogos de la iglesia primitiva. 

Hoy, nuestro Señor Jesús ascendió al cielo: ¡que nuestros corazones también ascienden con él!


Hoje, nosso Senhor Jesus Cristo subiu ao céu; que os nossos corações subam com ele. Ouça as palavras do apóstolo Paulo:

Hoy, nuestro Señor Jesús ascendió al cielo: ¡que nuestros corazones también ascienden con él! Escucha las palabras del apóstol: Si ustedes pues han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Pues, tal como él permaneció con nosotros aún después de su ascensión, nosotros también ya estamos en el cielo con él, aunque lo que nos ha sido prometido aún no ha sido cumplido en nuestros cuerpos.  

Cristo ahora es exaltado sobre los cielos, pero aún sufre en la tierra el dolor que nosotros, los miembros de su cuerpo, hemos de llevar. Mostró eso al clamar: "Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?" y cuando dijo: "Tuve hambre y me diste de comer."

¿Por qué nosotros en la tierra no nos esforzamos en encontrar descanso con él en el cielo ahora, por medio de la fe, la esperanza y el amor que nos unen a él? Estando en el cielo, también está con nosotros; y nosotros, estando en la tierra, estamos con él. Está aquí con nosotros por su divinidad, su poder y su amor. No podemos estar en el cielo, tal como él está en la tierra, por divinidad, pero en él, podemos estar ahí por el amor. 

Ele não deixou o céu quando desceu a nós; nem se retirou de nós quando subiu novamente ao céu. O fato de ele estar no céu, mesmo enquanto estava na terra, é confirmado por sua própria declaração: ninguém jamais subiu ao céu, exceto aquele que desceu do céu, o Filho do Homem, que está no céu.

No dejo el cielo al venir a nosotros; tampoco se alejó de nosotros al subir de nuevo al cielo. El hecho que él estuvo en el cielo aún mientras estuvo en la tierra se confirma en su propia afirmación: Nadie jamás ha ascendido al cielo sino él que descendió del cielo, el hijo del Hombre, quién está en el cielo. Estas palabras se explican por nuestra unidad con Cristo, pues él es nuestra cabeza y nosotros su cuerpo. Nadie ascendió al cielo sino Cristo porque también somos Cristo: él es el Hijo del Hombre por su unión con nosotros, y nosotros, por nuestra unión con él somos hijos de Dios. Pues el apóstol dice: Tal como el cuerpo humano que tiene muchos miembros, es uno, dado que todos los miembros distintos conforman un cuerpo, así también es con Cristo. Él también tiene muchos miembros, pero un solo cuerpo. 

Resultado de su compasión por nosotros, descendió del cielo y aunque ascendió a solas, también nosotros ascendemos, porque estamos en él por gracia. Por lo tanto, nadie sino Cristo descendió y nadie sino Cristo ascendió; no por no haber una distinción entre la cabeza y el cuerpo, sino porque el cuerpo como una unidad no puede ser separado de la cabeza.

Agustín de Hipona

Lecturas:
Hechos 1: 6-11
Efesios 1: 18-23

Oración
Otorga, pedimos, Dios todopoderoso,
tal como creemos que tu unigénito Hijo,
nuestro Señor Jesucristo ha ascendido al cielo,
del mismo modo podamos nosotros ascender ahí,
en corazón en mente
y morar continuamente con él;
quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo,
un Dios para siempre.
Amén