La Adoración a Dios

Apocalipsis 4

Y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.  El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo ser era semejante a un becerro; el tercer ser tenía el rostro como el de un hombre, y el cuarto ser era semejante a un águila volando. (4: 6b-7 NBLA)

A menudo, los tronos antiguos se construían para que parecieran descansar sobre criaturas. Por ejemplo, el rey Salomón tenía cabezas de leones que sobresalían de su trono (1 Reyes 10:20), y vemos algo así aquí. Sin embargo, estas criaturas tienen características del orden más elevado de ángeles, los querubines. Tienen alas y varios rostros que representan diferentes aspectos de Dios. Uno es como un león, un símbolo de la realeza; uno, un buey, símbolo de fuerza; otro, el rostro de un hombre, que indica inteligencia; y otra más, un águila, que tiene la capacidad de actuar con rapidez. Todos estos atributos encuentran su perfección en Dios. Estas criaturas no solo realzan el trono de Dios y coordinan la alabanza al que está sentado en el trono, sino que su simbolismo sugiere que el trono de Dios descansa sobre un decreto real; solo él tiene la sabiduría para hacer lo correcto, el poder para lograrlo y hacerlo rápidamente, todo en el momento adecuado y de la manera correcta por el bien de su pueblo.

En el original, el énfasis no está tanto en quiénes son estas criaturas sino en lo que están haciendo, es decir, adorar: «Día y noche nunca dejan de decir: 'Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso', que fue y es y ha de venir». Cuanto más te acercas a Dios, más alabanza hay: los cuatro seres vivientes lo alaban constantemente, y luego todo el cielo se ve envuelto en el coro de alabanza, como vemos en 4: 9-11: «Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor, y acción de gracias a Aquel que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante de Aquel que está sentado en el trono, y adoran a Aquel que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: ‘Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por Tu voluntad existen y fueron creadas’». (NBLA)

Los veinticuatro ancianos, los seres que representan la comunidad de fe, se hacen parte de la adoración. Como alguien ha observado: «Al arrojar sus coronas ante el trono, los ancianos reconocen que su autoridad es una autoridad delegada. El honor que se les otorga se devuelve gratuitamente a Aquel que es el único digno del honor universal». Esto contrasta notablemente con los emperadores romanos que se veían a sí mismos como dignos de llevar sus coronas. La realidad es bastante diferente; solo hay uno que es digno de tan incansable devoción y él mismo ocupa el trono del cielo.

La adoración es la gran actividad del cielo. No es vacía o sin objeto específico, es rica y llena de contenido consumido por la naturaleza y esencia de Dios como Creador-Redentor. La adoración es la respuesta legítima de las criaturas a su Creador. Sin él, el «centro no se sostendrá». Si ese es el caso en el cielo, también debería ser así en la tierra, adorando a Dios en «espíritu y en verdad» (Juan 4:24). Al hacer esto, ocupamos el lugar que nos corresponde en el mundo y lo hacemos con alegría. Cuando Dios está en el centro, todo cambia: descubrimos para qué fuimos hechos y para quién fuimos hechos, es decir, para conocer y adorar a Dios.

Oración
Oh Dios, gloria de los santos, que siendo sobre todos, y por todos y en todos, aun acepta las oraciones de los de corazón humilde: Concédenos que, siendo santificados en la mente, fervientes en el espíritu y entregados en el cuerpo, podamos ofrecer a ti el sacrificio puro de corazones elevados en alabanza a ti y vidas dedicadas a tu servicio hasta que te veamos cara a cara en el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ora con nosotros la petición de oración de hoy:

El Instituto de Capacitación de Obispos se creó (BTI) para ofrecer capacitación y apoyo a los nuevos obispos dentro de la Red Gafcon. No ha podido reunirse durante más de un año. Oren por la planificación para el 2021 y que sea posible que los obispos se reúnan en persona.

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