Nuestra Responsabilidad Espiritual en Cristo: Llamados a Caminar en Pureza (EF. 4:17-5:17)

En esta última reflexión, examinamos nuestra responsabilidad espiritual de caminar en pureza como parte integral de nuestro testimonio del evangelio de Jesucristo. Pablo, en Efesios 4:17-5:17, desafía a los creyentes a no vivir como antes, con el entendimiento oscurecido y una vida separada de Dios (Ef 4:18), así como a entregarse a toda forma de impureza (4:19). De este pasaje extraemos dos lecciones:

En primer lugar, que los creyentes deben despojarse del viejo yo (naturaleza pecaminosa). En Efesios 4:22, 25-31, Pablo esboza una larga lista de vicios de los que los creyentes deben «despojarse» o quitarse. Al mencionar estas actividades pecaminosas, nos está recordando que cualquier indulgencia en estas cosas es una desventaja de nuestro actual posicionamiento en Jesús y una traición al Señor Jesús. Tristemente, los creyentes viven constantemente con esta tensión de la vieja naturaleza queriendo consumir la nueva naturaleza en nosotros. Esto es usualmente alimentado en nuestro caminar cristiano por el grado en que «alimentamos» el viejo yo vis-a-vis el nuevo yo. El florecimiento de la vieja naturaleza es una consecuencia de la complacencia en las actividades pecaminosas como las cosas que vemos o leemos, así como mantener la compañía equivocada que más a menudo nos tira de nuevo hacia el comportamiento pecaminoso. Pablo utiliza expresiones como «dejar», «no», «quitarse» (4:22, 25,-31), que implican que evitar o soltar el mal comportamiento moral involucra una responsabilidad y decisión personal. Por lo tanto, cada uno de nosotros debe tomar decisiones deliberadas para protegerse de la «resurrección» de nuestro viejo yo, en gran medida: uno, sopesando nuestra moralidad con la interpretación ortodoxa de las Escrituras. Dos, escuchando la voz del Espíritu Santo que habla a nuestra moralidad (Juan 16: 8). Tres, estando abiertos a la corrección, en nuestro error, de la comunidad de creyentes fieles como dice Jesús en Mateo 18:15-17.

Segundo, que los creyentes deben revestirse del nuevo yo (nueva naturaleza). En Efesios 4:24, Pablo nos insta a «vestirnos» de un nuevo yo que se caracterice por la justicia y la santidad, y que de este modo haga aflorar la semejanza de Cristo en nosotros. Esto significa que debemos ser deliberados para permitir que nuestro ser espiritual prospere. Nos anima a ser imitadores de Dios (5:1) y a vivir como hijos de la luz (5:8). Estos versículos nos recuerdan que cuando aceptamos la oferta de salvación de Dios, él vive en nosotros en Jesucristo a través del Espíritu Santo (cf. Juan 14:23). La responsabilidad que recae sobre nosotros como creyentes es la de caminar en pureza y ejemplificar la integridad en todas las áreas de nuestra vida. Hay un gran poder en la proclamación del evangelio cuando nuestros valores morales reflejan lo que la escritura exige de nosotros como cristianos. Cuando los que nos rodean están sucumbiendo a una redefinición de la moral cristiana en torno a la sexualidad, el amor y el matrimonio, como cristianos evangélicos debemos ser audaces tanto para ejemplificar la moral cristiana como para defenderla sin miedo ni intimidación. 

Ministro: Rev. Evans Omollo - Asistente del Preboste de la Catedral de Todos los Santos, Nairobi.