Nuestra Responsabilidad Espiritual en Cristo: Lllamados a Caminar en Unidad (Ef. 4:1-16)

Durante los últimos tres días, hemos reflexionado sobre el descubrimiento de nuestras posesiones espirituales y de nuestra posición espiritual en Cristo. Observamos que descubrir nuestra posición espiritual en Cristo nos dota de algunas enormes responsabilidades espirituales como creyentes. En el devocional de hoy, reflexionamos sobre nuestra responsabilidad espiritual de caminar en unidad, como enseña Pablo en Efesios 4: 1-16. Las siguientes son algunas lecciones clave de este pasaje:

Una, que, como creyentes, debemos preservar nuestra unidad cristiana. La unidad de la que Pablo habla aquí no es una que hemos de crear. No, es una unidad que ya existe entre los creyentes porque hay un solo cuerpo en el que todos fuimos bautizados por el mismo espíritu (Efesios 4:3-5). Esta unidad se ve reforzada por el hecho de que fuimos sellados, poseídos y habitados (cf. Efesios 1:18) por el mismo espíritu. Para realizar esta unidad, Pablo nos insta a adoptar una actitud de humildad, mansedumbre, paciencia y a soportarnos unos a otros con amor (Efesios 4:2). Esta enseñanza nos recuerda que una de las mayores demostraciones de nuestra madurez como hijos de Dios es la capacidad de amar a otras personas, aunque no estemos de acuerdo con ellas, porque el amor no juzga ni condena, sino que cubre una multitud de pecados (cf. 1 Pedro 4:8). Por lo tanto, como creyente, ¿cuál es tu actitud hacia otras personas? ¿Descarta a los demás porque no están de acuerdo con sus opiniones? Puede que algún familiar, compañero de trabajo, amigo o miembro de tu iglesia te haya hecho daño, pero una verdadera demostración del Evangelio exige que no guardes rencor, sino que busques el perdón y la reconciliación para que se mantenga el vínculo de la unidad cristiana como testimonio de que somos hermanos. Esto refuerza nuestro ministerio de evangelización y sin duda contribuye al crecimiento de la iglesia dondequiera que estemos.

En segundo lugar, Pablo nos recuerda aquí que debemos esforzarnos por cultivar la unidad en nuestras relaciones cristianas a pesar de nuestras diferencias. Profundiza en la enseñanza sobre los dones espirituales demostrando que los creyentes reciben diferentes dones del mismo Espíritu (4:11). La intención de estos dones es doble: en primer lugar, equipar a los santos para las obras del ministerio a fin de edificar el cuerpo de Cristo (4:12) y, en segundo lugar, para que todos lleguemos a la unidad de la fe. Lo que vemos aquí es un profundo clamor por la unidad en nuestra fe que es consciente del hecho de que somos diferentes. La diversidad existe entre nosotros sobre todo porque vemos las cosas desde diferentes perspectivas y esto es inherentemente humano. Pero el mayor reto para nosotros es descubrir hasta qué punto podemos tolerar las opiniones diferentes de nuestros hermanos y hermanas. En el espíritu de la fidelidad del Gafcon a las escrituras y a la expresión ortodoxa de la fe cristiana, debemos cuidarnos del mal manejo de las escrituras que socava el fundamento y la expresión de nuestra fe. Mientras que como creyentes se nos desafía en este pasaje a buscar vivir en unidad independientemente de nuestra diversidad, debemos llamar y reprender cualquier enseñanza herética que se empeñe en erosionar nuestros fundamentos espirituales morales como creyentes sin tener que luchar necesariamente entre nosotros.

Ministro: Rev. Evans Omollo - Asistente del Preboste de la Catedral de Todos los Santos, Nairobi.