Una gran historia de amor - Rut 1:1

En el tiempo en que los caudillos gobernaban el país, hubo allí una época de hambre. Entonces un hombre de Belén de Judá emigró a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos. Rut 1:1 NVI.

Una de las cosas que debe llamarnos la atención es que el plan de Dios para establecer un reino por medio de Cristo no es realizado en la pulcritud de un laboratorio, sino que en el desorden de la vida diaria de la humanidad. Los Evangelios nos cuentan que Cristo vino a este mundo porque necesitábamos ser rescatados (‘yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.’, Mr 2:17). Rut, escrito muchos siglos antes de la venida de Jesús nos va a mostrar cómo es que Dios va a rescatar a los suyos al proveer un futuro para una desdichada familia de Israel. 

Leamos este libro teniendo en cuenta que nos muestra la gracia de Dios en medio de enormes dificultades. Los eventos que aquí son narrados ocurren en la época de los jueces, donde ‘cada uno hacía lo que le parecía mejor.’, Jueces 21:25. Las cinco lecturas anteriores nos han preparado adecuadamente para comprender esta gran historia de amor que encontramos en Rut. Hay sufrimiento en la tierra de Dios porque el pueblo se ha alejado de Dios. 

1. ¿Cuál es el contexto de esta historia?

En nuestra lectura anterior, Dios advirtió a su pueblo que, si ellos se alejaban de él, experimentarían muchas y graves penurias. La tierra de Dios ya no provee para ellos. En vez de abundancia, ahora hay hambre. ¿A quién iré en mi necesidad? ¿Quién me guiará? Son preguntas tan desafiantes hoy como lo fueron en la época de Rut. 
 
2. ¿De quién se nos habla aquí?

Esta es la historia de una familia: un hombre, su mujer y sus dos hijos. Veremos que es la historia de una tragedia de proporciones. Pero también veremos que es la historia de una gran redención.
 
3. ¿Qué hace Elimélec? (El v. 2 nos entrega el nombre del jefe de familia. Este nombre significa Dios es mi rey. Hay una ironía aquí, porque Elimélec decide hacer algo que Dios le dijo a su pueblo que no hiciera).

Este jefe de familia no puede proveer para los suyos. En lo que parece ser una decisión sensata, traslada a su familia para ir a vivir a un lugar donde no hay hambruna. No seamos tan duros con Elimélec, él estaba haciendo lo que consideraba mejor, tal como Jueces 21:25 lo describió. Pero eso no significa que fuera lo correcto y saludable. ¿Qué lo llevó a tomar esta decisión? El gran problema para Elimélec era que no conocía a Dios, por lo tanto no buscó su dirección en tiempos de necesidad. Y sacó a su familia de la tierra de Dios, para llevarlos a vivir en Moab.

Moab era un pueblo que vivía al este del Mar Muerto, en lo que hoy día es Jordania. Camino a la Tierra Prometida, el pueblo de Moab sedujo a Israel y estos participaron en el libertinaje y la idolatría moabita. Puedes leer esto en Números capítulos 22 al 25.  En Deuteronomio 23:3-6 leemos que ningún moabita debía ser admitido en el pueblo de Israel, ni debían buscar relación alguna con ellos. Elimélec sacó a su familia de la tierra de Dios y la llevó a vivir en medio de Moab. Nada bueno saldrá de esto.
 
Piensa: En una época difícil para el pueblo de Israel, un hombre (que debió haber conocido mejor a Dios) saca a su familia de la tierra de Dios y los lleva a vivir en tierra pagana. Enfrentado a una decisión difícil, ¿quién toma la decisión, tú o Dios?

Oración
Ideas para la oración: Agradece a Dios por conocerle. Pídele su ayuda para siempre escoger lo que honre a Dios. Pídele que te ayude a ser solidario con aquellos que hoy enfrentan dificultades. Pídele que te de la gracia de guiarlos a Cristo.

Libro de Oración Común chileno, oración por los que sufren; página 139.
Dios amante y misericordioso, guía con bondad, te suplicamos, a los millones y millones que sufren este día. Permite que nosotros que hemos vivido resguardados y protegidos podamos identificarnos con ellos en sus necesidades haciendo todo lo que está de nuestra parte por individuos y naciones para proporcionarles ayuda y consuelo, y el mensaje de tu amor salvador; por Jesucristo. Amén.