Una gran historia de amor - Rut 1:6-15

En esta gran historia de amor que es el libro de Rut vemos que aunque Israel le dio la espalda a Dios, eso no significa que Dios abandonó a su pueblo. Hay futuro para los suyos, no porque lo merezcan, sino porque Dios está decidido a darles un futuro. El pueblo de Dios no se va a desvanecer en la bruma de la historia y el olvido, ya que en esta sección del libro de Rut veremos a Dios actuando para restaurar a esta familia que se fue a vivir en tierra pagana. 
La situación de Noemí es desesperada. En la tierra de Dios, habría sido difícil ser viuda y sin hijos varones, pero fuera de ella es muchísimo peor: se ha quedado sin medios de subsistencia y sin esperanza alguna para el futuro. Ella tendrá que aprender que depende totalmente de la misericordia de Dios y de su fidelidad. Nos hará bien leer este pasaje y ser desafiados por él. 

1. Noemí, la viuda desconsolada oye que ya no hay hambruna en Israel. ¿Qué decide hacer?

Si recordamos nuestras lecturas de preparación, hay un ciclo que empieza cuando el pueblo abandona a Dios para ir tras los dioses de los pueblos paganos. Dios los entrega a las consecuencias de sus actos, lo que en este caso está representado por la hambruna que asoló la tierra. El v. 6 nos dice que el Señor había acudido en ayuda de su pueblo, lo que en Jueces puede ser visto como una indicación de que el pueblo, arrepentido, se había vuelto a Dios. Esta ayuda de Dios se hace evidente en el fin de la hambruna, por lo que Noemí decide volver a su tierra. No debemos pasar por alto que sus nueras no cuestionan su decisión, aunque eso significa que ellas abandonarán su tierra.

¿Por qué ayuda Dios a los suyos? No lo hace como premio por su buen comportamiento, sino que para demostrarles que a solo a su lado hay vida y futuro. No podemos comprar el favor de Dios con nuestro arrepentimiento o nuestro buen comportamiento, lo que sí debemos tener presente es que Dios acoge al necesitado. De esto nos habla la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). En el resto del libro, Noemí aprenderá que ‘El Señor no abandonará a su pueblo, ni desamparará a su heredad’, Salmo 94:14 (ver también Deuteronomio 31:6, Deuteronomio 31:8, Josué 1:5, Isaías 41:17, Hebreos 13:5).

2. ¿Qué hace con sus nueras?

Noemí, desconsolada, no ve futuro alguno ni para ella ni para sus nueras. Les pide que vuelvan a sus familias para que tengan la oportunidad de rehacer sus vidas. Es cierto que más adelante veremos amargura en esta mujer, pero aquí solo tiene palabras de agradecimiento hacia sus nueras. Ella está abrumada, pero eso no significa que no pueda ser empática con la difícil situación de estas dos viudas jóvenes. Creo que hay una lección aquí: que el dolor no nos abrume tanto que no seamos capaces de ver que otras personas también sufren. Muy por el contrario, bendigamos a los demás con una buena actitud, incluso en medio de nuestro dolor.
 
3. ¿Cómo describe lo dramática que es su situación?

Ella ya no está en condiciones de tener más hijos, ¡nadie continuará la línea familiar! Está amargada, ya no es ‘dulzura’, porque siente que el Señor está en contra de ella. Noemí tendrá que aprender que Dios no es vengativo y no rechaza al que vuelve a él. Tendrá que aprender que Dios no abandona a los suyos, aunque sean indignos de su amor.
 
4. ¿Qué hace Orfa, una de las nueras?

Orfa, llorando, se despide su suegra con un beso y vuelve a los suyos. Y sale de la historia, nunca más escuchamos de ella. No podemos juzgarla y decir que es egoísta, está emocionalmente destrozada y no actúa guiada por la razón o el deber. Debemos cuidarnos, porque a nosotros también nos puede pasar algo que nos abrume de tal modo que solo vemos como salida el abandonarnos a la desolación y la amargura. En nuestro dolor, lo mejor que podemos hacer es volver a Dios y arrojarnos a sus brazos. Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? (Ro. 8:31)
 
Piensa: A nosotros, ciudadanos del tercer milenio, nos cuesta comprender el drama que estamos viendo aquí. Se expresa en el cambio de nombre de Noemí. De ‘dulzura’ ahora ella escoge llamarse Mara (‘amarga’). ¿Qué nos dice esto de lo que se encuentra al alejarse de Dios?

Oración
Ideas para la oración: Agradece a Dios porque, en Cristo, hemos abandonado la amargura de una existencia sin Dios para vivir ahora en la dulzura de Dios. Pídele que te ayude a mantenerte a su lado.

Salmo 62:1-2, 7-8
Solo en Dios halla descanso mi alma;
de él viene mi salvación.
Solo él es mi roca y mi salvación;
él es mi protector.
¡Jamás habré de caer!

Dios es mi salvación y mi gloria;
es la roca que me fortalece;
¡mi refugio está en Dios!
Confía siempre en él, pueblo mío;
ábrele tu corazón cuando estés ante él.
¡Dios es nuestro refugio!